De chiquito me preguntaban que vas a ser cuando seas grande?
VENDEDOR DE AUTOS!!!
Nunca soñé con ser médico ni abogado. Nunca, de hecho, se me pasó por hacer una carrera universitaria.
Nací un 5 de septiembre de 1983, bajo el signo de Virgo. Respiré por primera vez en el Sanatorio de la Ciudad de Junín a las 10 de la mañana.
Siempre fui alto: hoy mido 1,98. Así que, mi infancia me la pasaba jugando al básquet.
En la escuela, no me iba mal. Me esforzaba poco y comprendía rápido. Fui al Colegio Marianista, una instituto privado en Junín. Si una materia me gustaba, quería saberlo todo: historia, educación cívica, física, químicas. Eran mis favoritas y volvía loco a los profesores con mis preguntas. Ahora bien, si no me interesaba el tema, no había forma en que pudiera fijar la vista en el pizarrón. Y ahí entraba ciencias naturales y matemáticas. Las odiaba.
Siempre fui charlatán. Las maestras me vivían llamando la atención. Mamá cuando pasaba por la vereda de la escuela, y si yo cursaba en las aulas del frente, escuchaba cómo la maestras gritaban:
-¡Álvaro! ¿Va a hacer silencio alguna buena vez?
Con una camara digital de aquel momento, en una tarde de verano le tome una foto a mirta, en la misma esta la fecha..
debo decir que siempre fui vanguardista, y tener una foto de mi cliente feliz es como un trofeo..
¡Bienvenidos! Soy Álvaro Oroza, un apasionado vendedor de autos con más de 18 años de experiencia en el rubro. Desde que escuché a mi padre vender, me di cuenta de que esto podría convertirse en mi pasión.
Mi camino hacia la excelencia ha sido moldeado por la combinación única de ensayo y error, ya que nunca recibió un manual o un libro que me enseñara cómo vender un auto. Mi compromiso y amor por la industria automotriz me impulsaron a dar lo mejor de mí en cada interacción con los clientes. Aprendí que la clave para una venta exitosa no radica únicamente en ofrecer un producto, sino en comprender las necesidades y deseos de cada persona que entra por la puerta.
A lo largo de estos 18 años, cultivó mi habilidad para escuchar activamente y aprender de cada cliente. Cada interacción me brindó una valiosa lección y me ayudó a desarrollar mi propio sistema de gestión llamado "LUCY", que se basa en procesos y un enfoque único de ventas. Cada venta es una oportunidad para construir una relación de confianza con mis clientes, y eso es lo que me impulsa a esforzarme siempre por ofrecer un servicio excepcional.
En estos años, aprendí a leer entre líneas y entender las sutilezas que definitivamente una decisión de compra. Cada cliente es único, y mi objetivo siempre ha sido encontrar el vehículo perfecto que se adapte a sus necesidades, estilo de vida y presupuesto. Para mí, no se trata solo de vender autos, sino de hacer realidad los sueños automovilisticos que confian en mi.Mi pasión por los autos y mi experiencia en ventas han sido mi motor en este camino de aprendizaje continuo. Cada día es una nueva oportunidad para crecer, adaptarme a los cambios de la industria y mejorar mis habilidades. Nunca dejé que nada me desalentara, porque entendí que la verdadera clave está en la autenticidad y en brindar una experiencia única a mis clientes.